Con 17,000 horas de vuelo, el Capitán José Ramón De Busk, es el perfil Icónico de esta edición, quien nos cuenta todo acerca de lo que lo llevó a ser piloto, cómo se prepara para cada vuelo, y nos comparte al gran hombre que hay detrás de ese título, un esposo ejemplar y un amoroso padre de familia. ¡Conócelo!
Fotografía y entrevista: Isaías SigoñaAsistente de Fotografía: Ana Laura QuiñonezLentes: Lentes Ixpo
José Ramón: ¿Cómo te definirías a ti mismo?La esencia de mi vida es todo lo relacionado a los aviones, toda mi vida fue arriba de un avión. Soy muy sociable también, muy familiar, me encanta estar con Gina y con los niños, por lo mismo de mi trabajo que ando fuera siempre trato de estar con ellos. Me considero muy amiguero, me gusta el deporte, hacer pesas en el gimnasio.
Ser piloto es algo que traes desde la cuna, ¿Cómo fue tu infancia?Mi papá era piloto privado, y yo soy el mayor de 3 hermanos, la verdad es que nos la pasabamos muy bien, porque soy bien ocurrente, con mis hermanos siempre andábamos viendo qué diabluras hacíamos, con decirte que los agarraba y los metía en una maleta con almohadas para hacer carreritas en las escaleras jajaja. Mi hijo André, me dice a veces “ay papá es que tuviste una infancia muy padre” y la verdad es que sí, fue una infancia de andar en la calle, de salir a jugar, de correr por todos lados. Mi mamá siempre nos tuvo mucha paciencia, siempre estaban todos mis amigos en la casa, y mis papás siempre estaban con nosotros. Mi papá me traía para todos lados, cuando íbamos en el avión yo iba adelante con él. Recuerdo que de niño siempre andaba con un avión de juguete en la mano.
¿Cómo es que decides ser piloto? ¿Cómo fue el proceso?a Fíjate que nunca decidí ser piloto, yo ya nací en esto, ya lo traía. Al contrario, mi papá insistía que yo me fuera a estudiar una carrera, pero lo mío era la aviación. Me fui un año a estudiar inglés a San Francisco, y aunque si era yo más independiente, si extrañas al principio a tu familia. Siempre la pasé super padre. A los 16 años íbamos mucho al paso, y a esa edad saqué mi licencia de piloto privado, ¡Qué curioso! ¿No? Yo ya agarraba un avión pero no me dejaban manejar un carro.b. Entré a la escuela de Aeroméxico, y ahí ves toda la teoría en un ciclo escolar completo, de ahí me mandaron a Miami para volar, todo acá se cuenta en horas de vuelo. Obtuve la licencia de piloto comercial cuando tenía 20 años.c. Mi papá era el jefe de pilotos de Gobierno, y empecé ahí con él, con mi hermano Héctor Daniel, y con uno de mis mejores amigos, Pedro Cardoza. Yo volaba todos los aviones, aprendí también a manejar el helicóptero, y ahí era toda una aventura, pues muchos no tenían piloto automático, entonces tocaba salir a la sierra, a Toluca, a veces a Estados Unidos, así estuvieras en el cine o en un evento, te llamaban y tenías que estar disponible.
Siendo un apasionado por la aviación, queremos saber: ¿Qué es lo que más disfrutas estando allá arriba?A mí lo que más me gusta cuando estoy manipulando el avión es el aterrizaje, es el momento donde te demanda todos tus conocimientos, experiencias y habilidades, todo se cierra en un microsegundo que es el momento de aterrizaje. Disfruto mucho todo el proceso, desde que sé que vuelo, arreglar mis cosas, mi maleta, es todo un proceso que vas perfeccionando con el tiempo, soy muy disciplinado en cómo organizo mi maletín, porque puedo ser olvidadizo, entonces ya memoricé que cosa tiene que ir en cada espacio. Realizo toda la planificación del vuelo, el despegue, y ya en el avión, es ingresar toda la información y todos los datos, vas administrando el trayecto. Estando arriba es impresionante la vista, ves las auroras boreales, unos paisajes increíbles, los atardeceres, me encanta estar allá. No me subo al avión, es ya una extensión de mi cuerpo, es parte de mí.
Ahora, en el otro extremo: ¿Nos podrías compartir el momento más estresante estando arriba de un avión?Como piloto comercial gracias a Dios no hemos atravesado emergencias, claro que nos preparamos y prevenimos constantemente en simuladores de vuelo para todo tipo de condiciones, cuando vas en el vuelo vas monitoreando el clima, una vez nos tocó una tormenta y tuvimos que atravesar como por 10 millas, fue una turbulencia de minutos pero se sienten eternos y todo el personal está capacitado para reaccionar ante esos casos. Cuando era yo piloto privado, íbamos volando al Paso para llevar aviones a mantenimiento, y cada uno iba pilotando un avión, pasando por Chihuahua se me empieza a parar el motor, y en una emergencia así cuando eres piloto, tienes que hacer muchas cosas al mismo tiempo, y pensar también muchas cosas al mismo tiempo: mientras tratas de resolver la falla, vas viendo dónde puedes aterrizar, empecé a descender, ví unos bancos de arena y pensé que ahí sería la mejor opción, ¡Imagínate el estrés también de mi papá! Pero gracias a Dios, el motor respondió y pude llegar a salvo.
¡WOW! ¡Qué increíble! Con toda esa experiencia, háblanos por favor de tu faceta como instructor:Esa es una parte de mí, me gusta mucho enseñar, tengo la paciencia y capacidad de transmitir el conocimiento, cuando yo empezaba a volar me dije: “Yo le voy a enseñar a volar a mi hijo, como me hubiera gustado aprender a volar a mí”. Me doy cuenta que el enseñar es aprender dos veces, soy muy bueno para todo lo que implica aprenderse manuales, y estar aprendiendo como piloto es un momento que genera mucho estrés, el que te estén enseñando cómo volar la aeronave en la que estás, así tengas ya mucha experiencia o estés iniciando, y gracias a Dios he forjado muy buenos amigos que si nos vemos hoy en día nos saludamos con mucho gusto y me siento muy apreciado por quienes les pude transmitir esos conocimientos.
Ahora por favor, cuéntanos todo acerca de la importante labor que realizaron durante la pandemia por el COVID 19:En el 2019 me tocó el cambio de avión, entonces los pilotos tuvimos mucha suerte en ese momento porque sí volabamos, y cuando llegaba estaba con Gina y los niños, aunque estuvieran en clases virtuales pero estaban ahí conmigo. Ante la escasez de cubrebocas y la saturación de hospitales, fui parte de los pilotos que fuimos a traer insumos, estábamos de base en Japón pero volábamos a China a cargar los insumos médicos, a mi me tocó hacer el primer aterrizaje de una nave de Aeroméxico en Shenzhen, China, y ese día rompimos el récord del vuelo más largo de México, de 17 horas y 40 minutos, íbamos 6 pilotos, divididos en tres equipos. Es un privilegio y me sentí muy orgulloso de poder cumplir una misión tan importante para nuestro país.
Conozcamos un poco tu lado familiar, ¿Cómo conociste a tu esposa Gina? ¿Qué nos puedes decir acerca de tus hijos?a.Conocí a Gina cuando iba con unos amigos a la Sixtina, le pregunté su nombre y después me la volví a topar, la invité al cine, nunca me han gustado las películas de terror y recuerdo que fuimos a ver la de la Bruja de Blair, fui a verla por ella. Desde ahí fue mi compañera, siempre se acopló bien con todo mundo, si me hubieran pedido describir a mi mujer ideal, Gina vino a ser mucho más de lo que pudiera imaginarme, la verdad me hubiera quedado corto. Le propuse matrimonio en una de las primeras veces que volábamos en helicóptero, mi papá lo estaba volando y ahí le dí el anillo.b. De las experiencias más padres que he tenido es el ser papá, amo a mis hijos, me fascina estar con ellos. Por venir a ver a los niños aunque sea para llevarlos al colegio, puedo aventarme sin broncas el trayecto de viajar en la noche a México, mi hijo mayor, André, es muy como yo, muy amiguero, muy buen hijo y muy leal, y mi hija, Mia, es muy determinada, independiente, si quiere algo ve la forma de conseguirlo, muy ordenada.c. Mi carrera sí ha implicado hacer ciertos sacrificios, me he perdido cumpleaños, navidades, partidos, presentaciones, pero mi familia ha creado la dinámica para adaptarnos a esta vida, por ejemplo, a lo mejor un 17 de diciembre hacemos una navidad, y luego ya el 24 mis hijos festejan con sus abuelos.
¿Por qué consideras tú que es tan importante la disciplina para lograr el éxito que has tenido en tu vida?En la aviación todo tiene que ser en el momento, todo lleva un proceso, entonces con esos procesos te acostumbras a hacerlos parte de tu vida, desde niño soy muy disciplinado: en el ejercicio, en mis cosas, todo tiene que tener exactamente su lugar, porque luego puedo ser medio despistado, entonces si algo no está en su lugar, significa que se me olvidó. La disciplina me ha funcionado hasta para dormir bien, o por ejemplo en el ejercicio es básico a veces que no quieres hacer las cosas, y es sí, o sí. El hecho de que lleve un horario tan diferente, podría costarme mucho si no tuviera esa disciplina, pues física y anímicamente sería muy diferente.
Si tuvieras que darle un sólo consejo a alguien, para mejorar su vida, ¿Cuál sería?Yo creo que el aprender. A mi me gusta mucho estudiar, aprender, leer y estar preparándome, el poder absorber más información porque eso te abre un mundo. Desde aprender otro idioma, o el tema que tú quieras, ahorita por ejemplo traigo la pasión por leer. Es aprender y no tener miedo a hacer lo que tú quieras hacer, a veces el miedo te detiene, muchas veces se te hace algo muy inalcanzable, pero ¿Sabes cuál es el único paso para lograrlo? Dar el primer paso, porque en el momento que lo haces, tomar esa decisión hace que todo fluya, no lo pienses, nomás hazlo y ya. Si algo le pudiera enseñar a mis hijos es, ¿Quieres hacer algo? Lánzate, da el primer paso, sin pensarla.