Perfiles

Miguel Ángel Garza

EDITORIAL ICONICA | 18 septiembre

Legado & mezcal

Conocido por su espíritu emprendedor y su profunda conexión con la tierra, el Ing. Miguel Ángel Garza Garza ha construido un legado empresarial que abarca desde la industria cárnica hasta el mezcal, y que ha contribuido al desarrollo económico y turístico de Durango. En esta entrevista, nos comparte su historia, desde sus primeros pasos en Monterrey hasta su llegada a Durango, donde encontró no solo el lugar para establecerse, sino también el amor y la inspiración para emprender una serie de negocios exitosos. Con su visión, perseverancia y el apoyo incondicional de su esposa, ha logrado posicionar proyectos como el grupo “Los Corrales” y el mezcal “Cuero Viejo”, dejando una huella icónica en la región.

Fotografía y Entrevista: IsaÍas Sigoña
Locación: Cuero Viejo

¡Gracias por recibirnos! Para romper el hielo, y para quienes no tienen el gusto, cuéntenos
por favor, ¿Quién es Miguel Ángel Garza? Por favor descríbase a sí mismo.

a. Soy nacido en Monterrey, Nuevo león… Estudié para ingeniero agrónomo en la Universidad de Nuevo León. Me gusta pasar tiempo con mi familia, los parajes y paisajes de nombre de Dios, su historia y desde chico he sido trabajador junto con mi señora Martha.

¿Cómo fueron sus primeros pasos?.
a. Yo tuve una niñez humilde, pero muy contenta. Somos 5 de familia, yo soy el mayor, tengo dos hermanos y dos hermanas y soy el mayor, viví toda la vida en Monterrey, estudié en un colegio que era la primaria pertenecía a la cervecería Cuauhtémoc de las que hizo Don Eugenio Garza Sada gracias a que mi papá trabajaba ahí. Vivía a una cuadra de la plaza de toros, y no me perdía ni una corrida, en la época cuando empezó a ser Torero Eloy Cavazos. Trabajé en una carnicería que se llamaba “La Reforma” cuando estaba en secundaria, y ahí ayudaba de todo: repartidor, ayudante general, por eso traía la idea de poner la carnicería, porque ahí estuve mucho tiempo de vacaciones, los sábados y domingos.

¿Cómo lo recibió Durango cuando llegó trabajando para el Banco? ¿Hay algo más que desee contarnos de su llegada a Durango?
a. Cuando me tocó la suerte de pasar el examen del Banco de México en el D.F., digo suerte porque de los 600 pasamos 60, ya de ahí nos llevaron a un auditorio y me mandaron a Durango. Yo no sabía ni a lo que venía, llegué un 11 de mayo, y cuando voy llegando desde que me bajé sentí el fresco bonito que hay aquí en Durango. Ese día era un Domingo, llegué con un compañero, y en la esquina donde estaba Sanborns, ahí pasó mi señora en un carrito, nos saludamos pero desde ahí la ví. Al día siguiente me presenté en la Unión Ganadera, porque ahí estaban las instalaciones del FIRA (Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura) y cuando llegué la secretaria me mandó luego luego a sacar unas copias con la señorita Martha y así nomás, le dije “Oiga, yo a usted la ví ayer en el centro ¿Verdad?”, y fue la primer muchacha que conocí y la última, qué casualidad ¿No?, la invité para dar una vuelta al parque ese día en la tarde… ,nos hicimos novios y a los 2 meses tuve un accidente muy fuerte, ya andaba perdiendo el brazo izquierdo, me mandaron en avioneta a Monterrey, pero venía yo a ver a mi novia, a los dos años nos casamos y vivimos en Guadalupe Victoria, porque ahí me tocaban varios municipios en la residencia del Banco.

¿Cómo fue que decidió emprender? Sabemos que su esposa fue un gran apoyo para esa etapa, ¿Qué nos puede contar al respecto?
a. Estando en el Banco de México en aquel entonces no te dejaban tener un negocio aparte, y yo ya andaba comprando y vendiendo vacas, entonces tuve que salirme del banco. Nos acoplamos muy bien, ella ha sido clave en la historia de la carnicería, les digo yo que se me hace que ella trabajó más que yo, porque yo traía un trabajo hasta cierto punto divertido, me la pasaba en los ranchos, sí cansado, pero un trabajo muy bonito, conociendo gente por los municipios, y ella pues en la caja, cuidando los centavos. Siempre hemos sido muy inquietos los dos, no podemos ir a pasearnos a alguna parte porque luego luego decimos “¡Ah mira esto vamos a llevárnoslo para vender!”, y toda la vida así fuimos: Inquietos.

¿Cuáles fueron los retos a conquistar conforme fueron creciendo “Los Corrales”?
a. Lo primero que se tuvo que hacer por necesidad fueron los tacos, pues veíamos esa oportunidad desde la carnicería, hay que saber manejar una res adecuadamente, pues ya teníamos la materia prima. La buena carne de res que nos esforzamos en darle a todos. De ahí como te decía hace rato, salían muchas ideas, por ejemplo la mantequera, y luego vender chorizo, y luego hacíamos hamburguesas, barbacoa guisada… una cosa te trae la otra. No quiere decir que todo lo que hemos hecho ha pegado, por ejemplo, si tenemos ahorita 30 productos, yo creo que antes hicimos 120 que no me funcionaron a mí, en donde no me encarrilé, pero si los productos más importantes de nosotros y los que la gente prefiere son los que se han mantenido. Llegamos a tener hasta 6 sucursales, vas a prueba y error pero sin quitar el dedo del renglón. Sin perder la línea.

El Mezcal es una bebida ícono de nuestra región ¿Cómo surge el mezcal “Cuero Viejo”?
a. Lo del mezcal fue como vacilando, como hobby… empezar con el mezcal, porque primero empecé con el Mezcal, a mi siempre me gustó nombre de Dios desde que llegué, tengo 50 años viajando a nombre de Dios por los sabinos y por las acequias y por los ríos es un lugar que me gusta mucho, me recuerda mucho a la zona por carretera Nacional, allá en Nuevo León: Allende, Montemorelos, Linares, el tipo de vegetación, como quiera sentía nostalgia por Monterrey, y me guardé en esta región, toda la vida me gustó ir para allá, desde que andaba de novio con mi señora hasta ahorita, me gustó nombre de Dios, tenía yo varios amigos vinateros, y visitaba vinatas, me sentaba a platicar con ellos cuando estaba chavalon. Siempre tenía la idea, y se pudo gracias a Dios, es un negocio difícil para empezar a venderlo, pero no había la necesidad de que se pudiera vender el producto para poder seguir produciendo, lo hacíamos y lo estábamos guardando, ahorita todavía hacemos más del que vendemos pero es un producto que no se echa a perder, al contrario entre más tiempo guardado mejora la calidad, asienta los aromas, más sabroso sabe.En cambio la carne tienes que venderla porque tienes que venderla.

También ha apostado por el turismo en Nombre de Dios con el proyecto Paradero Nixtalpan. ¿Qué le llevó a ver ese potencial en la región?
a. Mucha gente conoce la carretera nacional, a mi me gustaría que un día fuera Nombre de Dios como es allá, con todos los puestos, con toda la gente que va, con todo lo que venden. La vegetación como la cantidad de agua que hay, aparte yo digo que una de las vocaciones que tiene Durango es el turismo, nomás fíjate cómo ha habido gente en Villas del Oeste, y en el paradero nos está empujando la puerta, a nombre Dios no le queda de otra más que irse para arriba. Como pasó en aquella región, está lleno de casas de campo. Yo tengo fé en que si no lo logro yo, lo logran mis hijos, pues lo que estamos haciendo es un legado para Durango. Se han dado las cosas, y como decía un compadre mío entre más ojales más botones y entre más botones más ojales, así se ha ido haciendo más grande esto. Yo espero que más gente se anime a meterle a nombre de Dios, para hacerlo un destino más variado, que haya más restaurantes, más paseos, más hoteles.

La cereza en el pastel: Uraján de luna, una apuesta completamente innovadora para nuestro estado, cuéntenos cómo inició y cómo es que logra mantenerse vigente hoy en día siendo el hotel boutique referente en nuestro estado.
a. Empezamos con el temazcal, antes que el spa. Empezaron a ir nuestros amigos, y salían bien relajados todos, me decían: “Oye sí, pero ¿cómo nos vamos hasta Durango? Ya traigo un sueño, fíjate qué a todo dar que tuvieran algo para descansar, se rentaba fácil”. Pues luego luego, empezamos con las cabañas, no es por nada, pero están bien bonitas, entonces la misma calidad nos marcó como sería lo demás.
Aunque fuera esperarse a juntar para hacer la inversión y para meter con la buena calidad. Ahorita acabamos de hacer la alberca y quedó pero si bonita. Pero esto no tiene fin, ahora me dicen mis nietos que sigue la cancha de Pádel, para hacer un torneo. Entonces ¿Cuándo voy a acabar? ¡Yo creo que unos tres meses después de que me muera! De verdad que mi señora y yo somos muy inquietos, gracias a Dios hemos tenido buena respuesta los fines de semana en el hotel, y todo eso conlleva muchas cosas, tenemos el compromiso con las familias de quienes trabajan con nosotros. Como digo con mi esposa “Chin Marín”, a echarle ganas. Aquí todos los negocios están engranados, porque es como un reloj.

Ahora, cuéntenos por favor de sus hijos, ¿Cómo son ellos?
a. Me siento orgulloso de mi familia, de mi señora, de mis hijos y de lo buenos muchachos que son. Marthita, muy inquieta, le gusta mucho el negocio igual que a nosotros, tiene sus restaurantes de comida italiana, ella ve todo lo del mezcal, parte del hotel. Xel-Ha, ella desde un principio se fue a estudiar a Gómez Palacio, ella me ayudó mucho en un negocio que tenemos en Torreón: FRIOLALA y Miguelón fue muy movido, muy inquieto, porque es muy comerciante, muy listo y muy trabajador, también me ayudó en los negocios, ahorita está por echar a andar un negocio y con la experiencia que tengo pienso que le va ir muy bien. Todos muy entregados con sus familias. Tratamos de no revolver mucho el negocio con la familia, nos gusta mucho que vienen todos, nos visitan y nos la pasamos muy agusto. Lo que se ha hecho es para ellos y para sus hijos.

Para finalizar con broche de oro, por favor regálanos un consejo para nuestros lectores:
a. Yo digo que todos tenemos la oportunidad de salir adelante en la vida, usando los cinco sentidos: vista, oído, gusto, olfato, tacto. Hay que estar bien vivo, y sobre todo los principios que debemos de tener: La sinceridad, la puntualidad, la limpieza, son cosas muy prácticas pero muy profundas. Cuando uno es así, evitas problemas.
Andando despierto y siendo trabajador cuando se pueda. Es respetar a la gente, dar la cara, ser terco, tesonero y constante.

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