En este momento de tu vida, ¿quién es Adriana Gallegos?Con alegría te comento que soy la misma Adriana de siempre. Soy mamá, esposa, abuela, hermana y amiga, agradecida con todas las bendiciones que me ha dado la vida… siempre con los pies en la tierra y el corazón lleno.
¿Cómo recuerdas tu infancia?Siempre rodeada de mi familia. Recuerdo con mucho cariño los cuidados y el ejemplo de mi mamá Paquita y mi papá Carlos, así como de mis abuelos, quienes con su esfuerzo nos mantuvieron unidos, esmerándose en forjarnos como personas de bien.
Conozcamos un poco tu lado familiar, ¿cómo logras hacer tan buen equipo con tu esposo?Creo que la clave está en respetar la individualidad de cada uno, valorarnos a nosotros mismos y, sumando todo eso, el amor que nos tenemos. Esa ha sido la base para hacer tan buen equipo con Claudio, mi esposo.
¿Qué te ha enseñado el ser madre de tres maravillosos hijos y ahora abuela?Sin duda alguna, que el trabajo en equipo en familia, así como la dedicación a un proyecto de vida, da como fruto la felicidad. Esto se ha reflejado en el éxito personal y profesional de mis hijos: Ernesto, José Carlos y Claudio, y ahora… en mis nietos.
¿Cómo nació este gran sueño llamado Don Sabi?Mi familia materna proviene de un pueblo en Durango, donde tuve la oportunidad de apreciar y valorar la naturaleza, así como también conocer el desabasto de agua. La carencia de agua para la siembra y el desarrollo ganadero marcó en mí, desde temprana edad, el gran valor de este preciado líquido. Años después, tuvimos la oportunidad, en familia, de adquirir una propiedad en La Constancia (Nombre de Dios, DGO), privilegiada por su abundancia en agua y recursos naturales. Al estar en contacto con esta región, se identificó que había grandes áreas erosionadas y contaminadas. Fue así como inició un pequeño sueño de educación ambiental regional que, ahora, más de 15 años después, se ha convertido en un programa constante con impacto en 50 mil niños duranguenses.
¿Qué viene para Don Sabi?Estamos trabajando en nuevas herramientas educativas para el parque y seguimos preparándonos con nuevas tecnologías para poder llegar a más personas.
En tus palabras, ¿qué es lo que más disfrutas de tu labor en Don Sabi?La satisfacción del trabajo en equipo, que incluye a mi familia y a los colaboradores de Don Sabi, quienes son los que, con su trabajo, hacen posible esta labor. Ver la sonrisa en los niños, jóvenes y adultos que, con su visita, aprenden sobre el cuidado del agua y del medio ambiente, además de disfrutar de este maravilloso lugar.
¿Por qué consideras, Adriana, que es tan importante la labor social?Existe una frase que dice: “Quien no vive para servir, no sirve para vivir.” Buscar el bien de tu comunidad transforma vidas… no solo de quienes reciben la ayuda, sino también de quienes se involucran.
Finalizando con broche de oro: ¿qué consejo final nos puedes obsequiar para nuestros lectores?Estoy agradecida con la vida por tantas bendiciones, y creo que por eso siempre hay que regresar un poquito a los demás. Mi consejo es que nunca dejemos de compartir lo que podamos: tiempo, ayuda, una palabra amable. Es la mejor forma de hacer comunidad y de darle sentido a lo que tenemos.
Fotografía: Andrea NavarroStyling: Fernanda GallegosMaquillaje y peinado: María de Mexico by Cristy JiménezAccesorios: SacrosantaLocación: Don SabiCoordinación general: Johanna Herrera