Perfiles

OSCAR ÁVILA

EDITORIAL ICONICA | 13 septiembre

¿Quién es Oscar Rolando?
Si tuviera que describirme en tres palabras sería: perseverante, inquieto y apasionado. Soy una persona que siempre está en movimiento, buscando nuevas oportunidades y aprendiendo de cada experiencia. Esa inquietud me impulsa a ser constante y a vivir con mucha pasión todo lo que me propongo.

¿Qué valores te han guiado como médico y empresario a lo largo de tu carrera?
Los valores han sido fundamentales en mi vida. Desde niño mis padres me inculcaron principios como el respeto, la empatía, la comprensión y el liderazgo. Mi padre es una persona muy humana; siempre veía por los demás antes que por sí mismo, y eso me marcó profundamente.
Como médico entendí que estos valores eran indispensables para tratar a los pacientes con dignidad y cercanía. Y como empresario, descubrí que también son la base para crecer. Si quieres que tus proyectos prosperen, necesitas la parte humana: generar confianza, inspirar y conectar con las personas con las que trabajas.

¿Hubo algún momento decisivo que marcara tu rumbo hacia el emprendimiento?
Sí, diría que fueron dos. El primero fue al terminar la carrera de Medicina. Me encontré con un sistema de salud que desvaloriza mucho el trabajo del médico, exigiendo dedicación absoluta a costa de la vida personal. Ahí entendí que si quería ser libre y tener control sobre mi tiempo, debía emprender y construir mi propio camino.
El segundo fue cuando una situación familiar me obligó a buscar ingresos adicionales. No tuve otra opción más que emprender. Fue mi primer emprendimiento y ahí apliqué lo que la medicina me había enseñado: analizar, diagnosticar y actuar rápidamente.

Cuéntanos de ese primer emprendimiento, ¿en qué consistía y cómo surgió?
Fue un servicio de tamiz auditivo. Durante mis prácticas noté que en Durango muchos niños no lo recibían, a diferencia de lo que hoy es más común. Con el apoyo de mi tío pediatra reuní recursos, compré un aparato, me certifiqué y lancé el proyecto. Fue mi primer acercamiento a ver una necesidad y transformarla en una oportunidad real.

¿Qué significa para ti Durango y cómo ha influído en tu trayectoria?
Durango significa todo. Es mi origen, mi identidad y mi mayor motivación. Tengo un profundo cariño por mi tierra y por eso muchos de mis proyectos sociales los desarrollo aquí.
Claro, también reconozco que Durango presenta retos. Su economía depende en gran medida del gobierno, lo que limita el emprendimiento independiente. Por eso estoy convencido de que si queremos transformar el estado debemos hacerlo a través de la educación. Educar es abrir panoramas, cambiar la forma de pensar y dar a la gente herramientas para ver más allá de lo que siempre ha conocido.
Estás al frente de varios proyectos importantes, ¿cómo logras equilibrar las responsabilidades laborales con tu vida personal?
No sé si lo equilibro al cien por ciento, pero lo intento. Lo que he aprendido es que, si yo no estoy bien, nada funciona: ni mi familia, ni mis negocios, ni mis colaboradores.
Hoy soy consciente de la importancia de cuidar mi salud física, mental y espiritual. Practico ejercicio, meditación, yoga, y no dudo en recurrir a terapia cuando lo necesito. También dedico tiempo a la reflexión y al análisis interno; cuando siento que algo no está bien, busco la raíz y trazo un plan de acción. Sé que muchas personas dependen de mí, y eso me da la responsabilidad de mantenerme fuerte y equilibrado.

Como parte de ese equilibrio, ¿de qué manera disfrutas de tu tiempo libre?
Me gusta leer, porque la lectura cultiva la mente y el alma. También disfruto mucho escuchar música, descubrir nuevos géneros, y soy un gran amante del cine, ir a ver una película es para mí una forma de desconectarse por completo del mundo.
En los últimos años descubrí algo que no sabía que me apasionaba: bailar. Tomar clases de baile o simplemente moverme con la música me ayuda a liberar tensiones y a reconectarme conmigo mismo.

¿Cómo nació Nexos y qué la distingue de otras consultorías empresariales?
Nexos surgió de manera natural. En un inicio tenía el colegio Montessori en Durango, que era un proyecto familiar, mientras seguía trabajando como médico y como funcionario público. Eso me permitió conocer a grandes amigos y socios con quienes emprendí nuevos negocios en distintas ciudades.
Llegó un punto en el que me di cuenta de que necesitaba una estructura para administrar y dirigir todo, así que creé un corporativo. Con el tiempo, mis colaboradores fueron adquiriendo tanta experiencia que pudimos certificarlos como consultores.
La gran diferencia de Nexos es que no solo hablamos desde la teoría, sino desde la práctica. Hemos estado en la operación diaria de los negocios: en la caja de un restaurante, en la compra de insumos, en la revisión de balances. Eso nos da una perspectiva única para acompañar a las pequeñas y medianas empresas.

¿Cuáles han sido los mayores retos que has enfrentado al asesorar emprendedores?
Diría que hay dos principales. El primero es ayudar a que los emprendedores no pierdan la pasión por lo que hacen, a pesar de las dificultades. Siempre les digo que no basta con ser un gran chef para ser dueño de un restaurante: emprender implica sacrificios y momentos de frustración, y es fácil que la pasión se apague si no estás preparado.
El segundo reto es decir la verdad, aunque duela. Muchos llegan con ideas que suenan increíbles en su mente, pero que no son viables en el mercado. Mi compromiso ético es ser honesto: si algo no va a funcionar, lo digo. Prefiero orientar de manera realista que alimentar falsas expectativas.

¿Cómo visualizas el futuro empresarial en Durango y qué papel puede jugar Nexos en él?
Para que Durango crezca necesitamos formalizar los negocios. Pasar de la informalidad a la formalidad es un proceso largo, pero es lo que genera empleos bien pagados y una economía más sólida.
En Nexos ayudamos a acortar esa curva de aprendizaje, lo que hace que los negocios sean rentables más rápido y que los emprendedores disfruten más del proceso. También creo que debemos enseñar a los jóvenes que hay alternativas más allá de trabajar para el gobierno. Solo así lograremos un cambio profundo en la economía local.

¿Qué te llevó a consolidar la comunidad Montessori en Durango?
Mi madre ya había fundado un colegio Montessori, pero yo decidí impulsar la comunidad porque creo que la educación es la vía más poderosa para transformar la sociedad.
El método Montessori ofrece algo que la educación tradicional no: atención personalizada, trabajo en equipo, control emocional y formación para la vida. No buscamos que un niño memorice para sacar un diez, sino que descubra sus talentos y crezca como un adulto pleno y feliz. Eso es lo que realmente genera un cambio en la sociedad.

Finalmente, ¿qué otros proyectos vienen en camino?
Uno que me emociona mucho es Emerge, una plataforma para apoyar a jóvenes emprendedores. En la primera edición participaron casi 50 proyectos; premiamos a una galería de arte y a una aplicación tecnológica, y hoy ambos siguen creciendo.
Este año lanzamos la segunda edición, más grande, con consultorías y clases magistrales para que los jóvenes no solo compitan por un premio, sino que obtengan herramientas reales para formalizar y escalar sus negocios. Estoy convencido de que la única manera de transformar una sociedad es participando activamente en ella, y Emerge es un ejemplo claro de esa visión.

Foto: Andrea Navarro
Detrás de Cámaras: Alberto Juárez
Barbería: Opalo
Cabello: María de Mexico by Ricardo César
Styling: Andrea Navarro
Look: Zara
Accesorios: Accesorizate
Entrevista: Valentina Almaraz
Locación: Único Estudio
Coordinación General: Johanna Herrera

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